La organización del “Día D” de cualquier evento político significativo es crucial para obtener resultados favorables a una causa determinada, sean eventos protocolares, diplomáticos, de gestión gubernamental, dinámicas parlamentarias, procesos electorales e incluso en la guerra. Ese día define realmente si la preparación, inversión y dedicación previa fue beneficiaria para el objetivo planteado.

En las siguientes líneas nos enfocaremos en el “Día D” del próximo proceso electoral presidencial en Venezuela del 28 de julio de este año. Como hemos analizado en publicaciones anteriores, la forma en la cual se procesarán los votos en los centros electorales definirá al triunfador de la contienda. El ventajismo, las jugadas fuera de la normativa e incluso, contar legítimamente con amplio capital electoral no garantiza por sí solo una victoria con capacidad de ser cobrada. De manera que organizar, movilizar y resguardar los votos el día de la elección marcará la diferencia entre ganar o perder, entre continuar o ceder.

 
La complejidad que trae consigo este proceso electoral no radica solo en la definición de la continuidad o ruptura de una forma de hacer política desde el Ejecutivo nacional, sino en las repercusiones negativas hacia actores políticos, por esta razón, la elección tiene una alta sensibilidad en la dinámica del poder, en este sentido, la reingeniería electoral es clave. Si bien se espera que 13 millones aproximadamente asistan a las urnas, superar o mantener esa cifra es de vital importancia para cada sector de acuerdo con su estrategia y objetivo, de manera que el “Día D” será definido por la capacidad de movilización y resguardo del voto de un sector en la medida que pueda desmovilizar, dividir o debilitar el voto a favor de la candidatura adversa. Recordemos que, aunque haya 10 candidatos, el proceso realmente está polarizado en dos candidaturas, por lo que movilizar y resguardar será una tarea que principalmente les atañe a esos dos sectores.

Dicho esto, cada plataforma política debe contar con:

1. Estructura de resguardo del voto en más mesas de votación y centros electorales (miembros de mesas y testigos). Tener ojos y manos presentes en el proceso técnico del voto es indispensable para asegurar un desenvolvimiento apegado a la norma.

2. Maquinaria de movilización del voto como herramienta que garantice que cada voto potencial se capitalice en el candidato deseado. Si bien movilizar no garantiza el voto a una candidatura en específico, sí aumenta la probabilidad de que los movilizados sean afines a la tendencia deseada y garantizaría un proceso masivo.

3. Cobertura mediática como mecanismo para procurar la transparencia y el acceso a información de interés público. Un evento bien planeado y ejecutado atrae la atención de los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales. Esto proporciona una cobertura mediática extensa que puede ayudar a mejorar el reconocimiento del candidato y su mensaje entre el electorado. Asimismo, la cobertura mediática permitiría combatir la desinformación y aclarar dudas o rumores sobre el proceso en desarrollo

4. Durante el Día D, los candidatos pueden transmitir su mensaje de manera efectiva aprovechando la oportunidad para destacar sus propuestas, valores y planes de gobierno, lo que es crucial para persuadir a los votantes indecisos y reforzar el apoyo entre los ya convencidos. Lo que se traduciría en un impulso de última instancia en beneficio de su candidatura.