Estados Unidos es conocido por ser una nación “bipartidista”, históricamente los únicos partidos que han logrado ejercer el poder en los diversos cargos que allí se han sorteado son el Partido Republicano, que es vinculado al conservadurismo y fue fundado en 1854, y el Partido Demócrata, que se cataloga como liberal moderno; y se fundó en 1828.
Ahora bien, en 1990 surgió un partido político con ideología ecologista y de izquierda, que prioriza el ambientalismo, la descentralización y autonomía local, estamos hablando del llamado Partido Verde de Estados Unidos.
En el 2016, el Partido Verde participó activamente en la elección presidencial apoyando a Jill Stein, una política, profesora y doctora de profesión egresada de la Universidad de Harvard, que planea ser candidata a la presidencia nuevamente este 2024.
El pasado 29 de abril, Jill Stein junto con su jefe de campaña y su suplente, fueron detenidos en una manifestación propalestina en la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, durante una redada contra los campamentos que protestaban en el campus universitario que ameritó la intervención de la policía. En la manifestación exigían que su institución redujera las inversiones en Boeing, que suministra a Israel municiones de "genocidio" contra los palestinos en Gaza.
En la actualidad, y viendo cómo se desarrolla el comportamiento del mundo, se pudiera decir que EEUU es el mayor representante del mundo occidental como lo conocemos, pues no solo es una potencia armada, sino que está en la cúspide de la toma de decisiones, siguiendo esta línea de ideas nos preguntamos ¿Queremos que nos represente en el mundo una mujer que no solo traiciona los ideales del occidente, sino que vela por los intereses orientales, en este caso representados por los palestinos? ¿Es Jill Stein una candidata apta para ser la presidenta de la potencia que vela porque el mundo oriental no arremeta en la imposición de su cultura contra este lado del mundo? ¿Será acaso Jill Stein un “lobo solitario” financiado por el Medio Oriente para ser la llave que abra las puertas del mundo occidental?
Por otra parte, no podemos evitar ver la “doble moral” de la nación Norteamérica, que por un lado “reimpone” sanciones a Venezuela en pro de unas llamadas “elecciones libres”, donde aparentan un apoyo a María Corina Machado como líder de la oposición venezolana y supuestamente apoyan su candidatura a la presidencia, queriendo que pueda participar activamente en la elección, pero por otra parte, detienen a una candidata a la presidencia de Estados Unidos por velar por ciertos intereses distintos a su línea de ideas.
Asimismo nos preguntamos ¿Cuál es el “interés” de unas elecciones libres en Venezuela cuando en su territorio arremeten contra una candidata que piensa distinto?
Aquí no estamos para juzgar si los ideales de Stein son los correctos o no, aunque entendamos el “miedo” que pueda sentir EEUU como nación por alguien no solo tan contraria a sus ideales, sino que aparenta no darle importancia a la amenaza que representa el mundo islámico para nosotros como civilización.
Solo tratamos de contrastar el comportamiento y las políticas de Estados Unidos puertas adentro y puertas afuera de su territorio ¿Qué posición tomaría esta potencia mundial si alguna otra nación se pronunciara y presionara para que liberaran a Jill Stein?