A más de una semana de haber iniciado la campaña presidencial, el balance da cuenta del dominio mediático de las dos principales candidaturas que se disputan la llave de Miraflores: Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia. Bajo un ambiente marcado por discursos que apelan a la esperanza, el cambio de rumbo, la defensa de la soberanía, el rescate de la libertad y la reunificación de la familia, encontramos que la misma ha contado con la asistencia multitudinaria de ciudadanos a las actividades de calle convocadas por el gobierno y la oposición, avizorando un porcentaje de participación mayor al 70%, lo que supondría una contienda tensa e inédita por la paridad entre los principales candidatos y aunque el desarrollo de la misma trae consigo una constante “guerra de encuestas”, especialistas aseguran que hasta el momento la fotografía es de un “empate técnico”. Sin adentrarnos en la rigurosidad de tales afirmaciones, a continuación, le presentamos algunos elementos claves del desarrollo de la campaña:

El candidato a su segunda reelección ha posicionado la metáfora del “gallo pinto” con la intención de “exprimirle” la carga simbólica que representa en función del contexto político- institucional complejo en el cual se desarrolla la elección presidencial. En el imaginario de la cultura popular, un gallo pinto es visto como un animal combativo, valiente y resistente, de manera que Maduro se proyecta como un candidato con tales cualidades con las capacidades de asumir nuevos desafíos. En este sentido, fortalece su narrativa discursiva y propaganda bajo la noción de la “fe”. 

Entendiendo las dificultades de fundar la proyección de su nueva candidatura bajo su desempeño como gobernante por los notables cuestionamientos a sus gestiones, apelar al terreno religioso y metafísico ha sido más una obligación que una opción. Razón por la cual, en sus vallas publicitarias se lee: “Fe en nuestro pueblo”, “Fe en nuestros maestros”, entre otros. 

Bajo una línea gráfica similar al diseño de proyección de Obama, destacando colores que en épocas anteriores no eran los dominantes (amarillo y azul). Asimismo, destaca el encuadre de “la victoria segura” de su candidatura, augurando una inminente derrota a la oposición, proyectando permanencia y continuidad en el Ejecutivo nacional bajo el beneplácito de la FANB, institución que de acuerdo a Maduro, seguirá demostrando “lealtad” al proyecto revolucionario.

En este orden, como elemento secundario de su campaña, Maduro se ha encargado de proyectar a los candidatos opositores como débiles y no resistentes, denominándolos “patarucos”, siendo esto un elemento de ataque bajo un lenguaje confrontativo característico en la cosmovisión revolucionaria y populista bajo la “constante guerra con el antipueblo” lo que da en contraste con el gallo pinto – fuerte.

En actividades de calle, encontramos una gran capacidad de recorrer el país, permitiéndole visitar distintas regiones geográficas un mismo día, movilizando al alto mando del PSUV (Cabello, hermanos Rodríguez, Lacava, Bernal, entre otros).

• Edmundo González:

Bajo el binomio “Edmundo - María Corina” funda su narrativa bajo la promoción del “cambio real” hacia un modelo democrático que promueve el reconocimiento entre todos los actores bajo el reacomodo de las reglas de juego político - institucional. Identificando a su adversario político inmediato (PSUV) como responsables directos y principales de los malestares que aquejan a la sociedad venezolana. Por un lado, María Corina Machado alza las banderas del cambio inminente bajo una noción del “cambio radical, total y absoluto”. Por otro lado, Edmundo González, en sus relatos es proclive al entendimiento y al alejamiento de toda lógica de confrontación, demostrando tener aptitudes para el entendimiento y conciliación. 

Asimismo, se ha asumido como un actor obediente y prácticamente no deliberante ante las directrices de María Corina, proyectando de esta manera no tener intención de romper la línea que es asumida bajo la calidad de “sucesor” del mandato otorgado a Machado en la primaria, siendo esto un elemento que hace viable la capacidad de endoso electoral que Machado le imprime a su candidatura.

 
En relación a sus actividades de calle, la dupla en cuestión ha realizado multitudinarias concentraciones en las cuales han posicionado su mensaje que se funda principalmente en los siguientes ejes discursivos: 

MCM: Batalla espiritual entre el bien y el mal, eliminación del socialismo de la geografía nacional, reunificación de la familia, ruptura con la política de asistencia social como los CLAP asumida como un mecanismo de control político. EGU: alternancia del poder, reconciliación política, apego a la CRBV.

Por otro lado, se observa que los candidatos independientes no alineados a la PUD, han desarrollado una campaña a menor escala, teniendo poca incidencia en comparación con las dos candidaturas analizadas en líneas anteriores. Luis Eduardo Martínez alza las banderas del aumento del salario mínimo a $300 resaltando un discurso de reencuentro de todos los sectores. Antonio Ecarri se encuentra girando el país presionando a Maduro para que acepte un debate entre candidatos, promoviendo su proyecto político basado en la educación, proyectándose como la candidatura que rompería con la polarización política. Benjamín Rausseo tiene presencia en la calle enviando mensajes de reunificación a la sociedad venezolana. Daniel Ceballos, bajo el estilo de Milei, inició su campaña con una motosierra resaltando que su candidatura rompería con la vieja diatriba política. José Brito ha realizado importantes actos de calle enfatizando que su candidatura representa un plan B ante la polarización política. Claudio Fermín ha enfocado su discurso electoral en atacar a la oposición aglutinada en la PUD, rechazando las sanciones y los resultados del denominado gobierno encargado. Javier Bertucci se ha mantenido presente en los caseríos enviando un mensaje de reencuentro de la sociedad y rechazando el esquema de polarización presente. Finalmente, Enrique Márquez mantiene un discurso frontal contra Maduro, no descartando acercamientos con la PUD, manteniendo una campaña muy modesta con relatos similares a la de la candidatura de Edmundo.