De la crisis política a la convivencia democrática
lunes 12 de agosto de 2024
En situaciones en las cuales el funcionamiento de las instituciones está en cuestionamiento, es fundamental abordar las causas subyacentes del conflicto y buscar caminos hacia una convivencia pacífica y constructiva
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Transitar del conflicto político a la convivencia política en contextos de crisis severa en los sistemas políticos, afectando directamente la legitimidad de origen de la autoridad política y el funcionamiento de las instituciones, representan un desafío que requiere un enfoque multidimensional y una comprensión profunda de las dinámicas sociales y políticas del momento.

En situaciones en las cuales el funcionamiento de las instituciones está en cuestionamiento, es fundamental abordar las causas subyacentes del conflicto y buscar caminos hacia una convivencia pacífica y constructiva basándose principalmente en el reconocimiento mutuo y la comprensión de que existen distintas visiones y narrativas sobre un mismo fenómeno.

La crisis de legitimidad institucional o de autoridad política puede surgir de diversas fuentes, como la corrupción, ausencia de transparencia en procesos institucionales (electorales, judiciales, legislativos, administrativos, entre otros), la falta de representatividad, la ineficacia gubernamental o la desconexión entre los ciudadanos y sus líderes. 

Estas crisis afectan la estabilidad política y social siendo caldo de cultivo para el surgimiento de prácticas propias de la antipolítica y la violencia, erosionando así el funcionamiento pleno de la democracia y vulnerando los derechos de la ciudadanía. 

Para superar estas crisis, es esencial que se promueva canales de comunicaciones reales en los cuales los principales actores en conflicto en representación de los sectores afectados, tengan la agencia para exponer sus posiciones, intereses y motivos bajo la mediación, auspicio o colaboración de agentes externos al conflicto aprobado por las partes involucradas, en caso de que fuese necesario.

Un elemento clave para la transición hacia la convivencia política es el diálogo inclusivo. Este debe involucrar a todos los actores relevantes, incluyendo la sociedad civil, los partidos políticos, los líderes comunitarios y a la ciudadanía. El diálogo debe ser genuino, con el objetivo de entender las perspectivas de los demás y encontrar terreno común. Todo esto, orientado a reformular o ratificar reglas de juegos mutuamente acordadas y avaladas por los participantes para la convivencia institucional, un marco regulatorio para dirimir los disensos y espacios para el manejo de conflictos de forma institucional y pacífica. Para esto, las instituciones deben ser transparentes, responsables y capaces de responder a las necesidades de la población, de forma clara y rápida, contando con la aprobación de la misma para que sus mandatos sean asumidos de forma regular.

Un elemento clave para propiciar un clima idóneo para el entendimiento es el correcto uso del lenguaje y relatos discursivos que se distancien del ataque, la exclusión, la adjetivación y el señalamiento. Es indispensable alejar del quehacer político una actitud hostil para el contrario ya que esto aumenta la disposición al entendimiento.

En resumen, pasar del conflicto político a la convivencia política es un proceso complejo que requiere esfuerzos concertados y sostenidos de todas las partes involucradas. La construcción de un espacio público donde prevalezca la palabra, la ética y el respeto para superar las crisis de convivencia política y legitimidad y avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa. La legitimidad se construye a través de valores y argumentos que validan el ejercicio del poder, y es responsabilidad de todos contribuir a este proceso.
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