El denominado poder comunal en Venezuela expresado a través de los Concejos Comunales, es un tema de gran relevancia en el contexto político y social del país. Estas organizaciones comunitarias surgieron como una iniciativa para profundizar la democracia participativa y protagónica permitiendo a los ciudadanos ejercer un mayor control sobre las decisiones y proyectos que afectan directamente a sus comunidades, siendo como una suerte de empoderamiento del pueblo.
Los Concejos Comunales se establecieron formalmente en 2006, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las comunidades a través de la autogestión de servicios y la promoción de la participación ciudadana en la gestión pública. Sus promotores lo consideran un pilar fundamental en la construcción de un nuevo modelo de sociedad socialista, basado en la igualdad, equidad y justicia social.
A nivel local, los Concejos Comunales tienen la responsabilidad de identificar las necesidades y potencialidades de sus comunidades, desarrollar proyectos para atender estas necesidades y gestionar los recursos necesarios para su implementación. Esto incluye desde la mejora de infraestructuras hasta la promoción de programas educativos y culturales.
A nivel nacional, los Concejos Comunales son vistos como una herramienta clave para liderar las transformaciones sociales hacia el Socialismo del Siglo XXI, siendo considerados el sujeto revolucionario por excelencia y los protagonistas del Poder Popular. Sin embargo, esta visión no está exenta de controversia y debate. Mientras algunos sectores ven en los Concejos Comunales una oportunidad para empoderar a las comunidades y mejorar su calidad de vida, otros critican la tendencia centralizadora y las prácticas clientelares que pueden surgir.
La compatibilidad entre el poder Comunal y el Estado Federal en Venezuela es un tema complejo. La tensión entre ambos conceptos radica en la naturaleza misma de sus definiciones y aplicaciones prácticas dentro del marco jurídico - político y social venezolano.
El Estado Federal, consagrado en la Constitución Nacional de Venezuela (1999), se basa en la descentralización del poder, donde las entidades federales y municipios tienen autonomía en ciertas competencias y la capacidad de elegir a sus gobernantes y representantes de manera directa a través del voto popular. Este modelo busca equilibrar el poder entre el gobierno central y las regiones, promoviendo la participación ciudadana y la gobernanza local.
Por otro lado, el poder Comunal, promovido durante la presidencia de Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro, se orienta hacia la creación de un Estado Comunal. Este modelo pretende transferir competencias y recursos a estructuras comunitarias no electas por voto universal, directo y secreto, de forma regular sino a través de elecciones entre concejos municipales mayormente por ciudadanos vinculados directamente al partido de gobierno PSUV, lo que podría interpretarse como una concentración de poder y un debilitamiento del modelo federal descentralizado.
La instauración del poder Comunal ha sido vista por algunos analistas como una amenaza al Estado Federal ya que implica una transformación política y territorial que podría poner fin a la República Federal que es Venezuela y al vínculo real entre la sociedad y el Estado establecido por la Constitución.
Además, se ha argumentado que la ciudad comunal representa un retroceso y la desaparición de la forma de Estado federal en Venezuela que data de 1811, con el propósito de eliminar a los municipios y entidades federales y de intensificar la construcción de una forma de organización político-social en la que el Ejecutivo nacional controla las comunidades y ejerce un dominio sobre otros poderes del Estado.
Sin embargo, también hay voces que defienden las Comunas como un esfuerzo popular que transformó el modelo de organización social, permitiendo trasladar el poder al pueblo y fomentando una organización popular autogestionaria, protagónica y participativa.
En conclusión, la compatibilidad entre el poder Comunal y el Estado Federal en Venezuela es un asunto que genera división de opiniones. Por un lado, se argumenta que el poder Comunal socava los principios del federalismo al centralizar el poder y crear estructuras paralelas al Estado. Por otro lado, se defiende como una forma de empoderamiento popular y participación directa en la gestión de asuntos locales. Lo cierto es que el debate continúa abierto y es un reflejo de las tensiones políticas y sociales que vive el país.